Los Dioses y Diosas de las lagunas sagradas habían sido invocados para que trajeran un día cálido y soleado, como marco adecuado para la Toma Fotográfica de Guasca, evento organizado por la Fundación Arts Collegium y la Casa de la Cultura de Guasca.
Muy temprano se hacen presentes los primeros fotógrafos, armados de sus cámaras, con su espíritu entusiasta y alegre: estudiantes de instituciones como Lasalle College, o simples habitantes del municipio, ó residentes de Bogotá atraídos por esta innovadora propuesta.
El pueblo está dispuesto: carpas en la plaza principal acogen el Mercado Campesino; las campanas de la iglesia invitan a las misas dominicales; los amigos se encuentran o reencuentran en las esquinas, en las cafeterías, en los mercados; Omaira, Esperanza Delgadillo, Jenniffer Paola Ipus, Javier Arnoldo Díaz, Juan Pablo Díaz, Juan David Mancera, Daniela Olarte y Angie Katherine Olarte, los guías, esperan a sus fotógrafos amigos; la Casa de la Cultura se convierte en el centro de operaciones.
A pesar del Sol perezoso y rogado, interrumpido por breves y penetrantes lloviznas, los clicks y los flashes se hacen notar, y tras los lentes, los habitantes de Guasca encuentran las sonrisas, los rostros amables y los gestos cordiales de quienes les han sorprendido de forma tan poco usual e inesperada.
Pasado el mediodía, las cámaras descansan después de una agitada jornada y sus dueños van en busca del alimento reparador, como justa recompensa al deber cumplido.
La actividad tiene un verdadero cierre con broche de oro: en la Casa de la Cultura se realiza un conversatorio, en el cual participa el maestro Alvaro Medina, y se cuenta con la presencia de la señora Matilde Ramos, sobrina del fotógrafo Luis B. Ramos, quien se encuentra acompañada de sus nietos Camilo Vivas y Cristian Angel. Las numerosas anécdotas que se relatan, corroboran el sentir de que en Luis B. Ramos tuvo Colombia no solamente un excelente pintor y fotógrafo,