La Capilla de Siecha es el único monumento nacional que tiene Guasca
Tomado de: http://capilladesiecha.blogspot.com/
Siecha: poblamiento prehispánico y fundación de la capilla
El valle interandino de Guasca, donde se encuentra hoy la capilla de Siecha, tuvo al momento de la conquista española una población numerosa. En estas tierras ejercía control el cacique de Guatavita y eran tenidas en gran valor por otras unidades políticas muiscas, por encontrarse en ellas uno de los sitios sagrados importantes para esta etnia, como es la laguna de Siecha, en la que se celebraban fiestas y ceremonias religiosas. Según Liborio de la Zerda en su obra El Dorado, allí se celebraba la ceremonia de Eldorado y no en la laguna de Guatavita, como se ha creído siempre. En ella se arrojaron los tesoros del cacique de Guatavita y los del Chía al saber de la llegada de los españoles. En el valle tenía su asiento el cacicazgo de Guasca, que estaba constituido por varias parcialidades entre las que sobresalía la del cacique de Siecha.
La palabra Siecha se deriva de xiegua o siegua, que significa agua entre colinas, lago, laguna; según Acosta Ortegón sie quiere decir agua. El historiador Vicente Restrepo dice que la palabra siecha está formada por las voces, sie: agua, y cha: varón.
En la segunda mitad del siglo XVI, en la medida en que se fue consolidando la colonia española, se dictaron leyes que marcarían el destino tanto de los indígenas como de los españoles que vinieron a establecerse en estas tierras y que señalarían una organización del espacio diferente a la que tradicionalmente tenía la población aborigen. Es así como surgieron, en primera instancia, las encomiendas que trajeron como consecuencia la imposición de tributos y el trabajo personal de los indios a favor del encomendero y, casi simultáneamente, las estancias y haciendas de españoles. El repartimiento de Guasca desde un comienzo fue dado a la Real Corona, junto con los pueblos de Fontibón y Cajicá lo que muestra la importancia que tenía en la época.
Desde ese momento se inició la evangelización de los indios. Las ordenes religiosas se encargaban de la labor misional por lo que, muy probablemente, en la segunda mitad del siglo XVI, los padres dominicos levantaron en el sitio de Siecha una capilla de apoyo a su labor.
Para el mapa de Guasca, elaborado por el cura Manuel Félix de Velasco en 1758, se ubica a Siecha y a la capilla en la parte baja del territorio el “llano de comunidad donde se hallan veinte y seis casas de indios, circundando al conjunto por los molinos de Tobar y de Flores, la iglesia de Siecha, Casa de Teja, piedra naranjada y una venta, a un lado del camino de Santa Fe a Tunja, y en los otros costados la Quebrada Munloca, el sitio de Agua Caliente y el Molino de Vanegas” (Arch. Nal., Mapoteca 4 ref. 183 A).
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