Memorias, tradiciones y emociones a través del olfato
Escrito por: Clara Inés Contreras
Los olores nos transportan automáticamente al pasado, provocándonos sensaciones y emociones que se vuelven a activar cuando a través de la nariz percibimos un olor que nos conecta con esos momentos, esas personas que ya no están, lugares que nos han marcado, días de celebración, de encuentros y desencuentros. El olfato es el mejor vehículo para revivir esas memorias que creíamos congeladas en el tiempo o que habíamos olvidado.
Los alimentos con sus distintos y variados aromas son la mejor forma de conectarnos a esas escenas que hacen parte de nuestra historia: la infancia y las frutas como la guayaba o la curuba que nos recuerdan a las mamás y sus consentimientos, la familia alrededor de la estufa con aroma a leña y a papas chorreadas, los abuelos y los padres con el hervor del chocolate y el café caliente en las mañanas, la tía amorosa con la que preparamos esa deliciosa torta de banano, los amigos del colegio y el olor a lonchera, el pueblo y sus callejuelas con el olor a los tamales de la señora Mericia, los objetos que dejaron los seres queridos que ya han partido y que aún conservan su aroma: como la manta y los utensilios de la abuela, el sombrero del padre silencioso, los objetos del hermano que ya no está, el olor al vino añejo que nos evoca los viejos amores. Todas esas imágenes que guardamos en la memoria con olores y sabores que dejan huella, unos dulces como el primer beso, otros amargos como las despedidas o las pérdidas, los ácidos que producen los desengaños, y algunos salados como las tristezas y las frustraciones.
Exposición de proyectos fotográficos realizados en 2022 bajo al temática «El olor de los recuerdos»
Mensajeros de Vida y Conservación se realiza en Guasca con el apoyo del Ministerio de Cultura Programa Nacional de Concertación