Dilema del mañana
A veces me consumo en el tiempo pensando qué será de mi futuro, de mi mundo, ese mundo al que a veces me da miedo arriesgarme a saltar al vacío y aceptar que cada día el tiempo parece pasar más rápido, que las personas van y vienen como el viento arrastra una pluma, y las olas del mar viajan sin destino alguno, le temo a esperar que pasará el día de mañana, si esas personas que son mi guía no volvieran a estar ¿qué sería de mi?
A veces responder a la pregunta de ¿quién eres? te lleva a buscar en medio de encrucijadas, es como estar perdida en un laberinto sin salida pero en medio del camino en cada paso que doy sé que soy mi propio mundo.
Alguien alguna vez dijo no hay disfraz que pueda largo tiempo ocultarse, pero la vida no es para encerrarnos en un mundo de secretos, vuelan las preguntas, huyen las respuestas al ver tanta gente que a veces parece ser quienes crees que son pero en ocasiones ves cómo quieres ver y no como debe ser, te lleva a no entender este mundo que se enreda en sonrisas, abrazos y palabras que se desvanecen. Ese miedo aún no se me escapa aun cuando no lo custodio, protejo ni vigilo, y sigue este sueño, dormido y despierto, revoloteando entre mí en espera de no estar oculta en un rincón oscuro y no conformarme con este mundo contaminado de resentimiento y falta de sabiduría .
