Las plantas se han moldeado por miles de años al son de los rayos del sol y las gotas del agua, y es tan asombroso este acto que son ellos quienes pactan la vida en la tierra. Los más antiguos escultores, esculpen las criaturas bióticas y abióticas que han escogido a la cuna del silencio, como su santuario y hogar. Los chorros saciables que estallan de frutos carnosos, las criaturas que van de paso pero se detienen a saludar, los arbustos que se sacuden y dan la bienvenida, el agua que cae de la montaña y se filtra por los musgos y líquines, el sol que quema y la lluvia que calma, los megadiversos colores, olores, formas, texturas y sabores, trabajo colectivo, equilibrio natural, reciprocidad, cuidado. La naturaleza recibe, transforma y comparte con todo, lo negativo lo desecha sin hacerle daño a ninguno. La madre tierra es canción, hogar y amor, nadie baja siendo el mismo después de estar con ella.
Texto: Daniela Ardila
Fotografía tomada en el Parque Natural Regional Vista Hermosa de Monquentiva en el marco del Programa Mensajeros de Vida y Conservación en el municipio de Guatavita- Vereda Carbonera Alta con el apoyo del Ministerio de Cultura PNCC y Conservación Internacional Colombia