Ella prefiere acurrucar sus hojas palmeadas entre las sábanas frescas y tibias del musgo, su flor abierta y brillante reza, reza porque agradece, agradece la hospitalidad con la que el musgo le abre las puertas de su corazón para darle compañía. Así es el amor cuando ser diminuto, es la forma de sobrevivir.
Texto: Daniela Ardila
Fotografía tomada en el Parque Natural Regional Vista Hermosa de Monquentiva en el marco del Programa Mensajeros de Vida y Conservación en el municipio de Guatavita- Vereda Carbonera Alta con el apoyo del Ministerio de Cultura PNCC y Conservación Internacional Colombia