Somos el complemento de un todo. Realizar este autorretrato me llevo a encontrar ciertos rasgos inimaginables en mi cuerpo, como los lunares que son más de los que pensé y las cicatrices por dolor o coraje. Frente a ese espejo llamado cámara dije wau en cuanto descubrí lo que tengo y lo que hay detrás de eso: mis ojos grandes en los que a veces se refleja el cansancio a través de las ojeras; mi olfato que se deleita con el olor de café COLOMBIA, con el humo de cigarrillo que por simple vicio sale de mis pulmones, que detecta ese aroma a una buena cena, o de las hojas del cuadernillo en el que escribo cada noche qué es mejor que cualquier Channel; mis labios que solo han besado un par de veces y en donde palabras de amor y odio se han dicho y secretos aún se guardan; mi cuello que es sensibilidad, es el inicio hacia un éxtasis; mis pequeños pechos detrás de un escote un tanto virginal y detrás de él un corazón palpitante, lleno de deseo, miedos e incertidumbre; mi abdomen que habla de una dieta poco rigorosa y que delata mis momentos de ansiedad y poco ejercicio; no es solo el tatuaje….. es el brazo que más agujas ha recibido gracias a los enfermeros; los pelitos que hacen parte de mi piel que se eriza con el frio, o con una acaricia; mis manos pequeñas que trabajan a diario por una comisión que se desvanece con la primera necesidad; las cicatrices de mis piernas al igual que las del alma hablan de las caídas y tropiezos de la vida; mis pies que no son muy femeninos me llevan a donde yo quiero, aún cansados siguen el ritmo de la música y cuando estoy nerviosa se mueven con sigilo; al final vuelvo al inicio, mi rostro y observo el que creo es mi mejor perfil que hace parte de mi coquetería y la imperfecta capul cortada por mí misma y sí, esa esa soy yo.
A diferencia de Isaac Newton quisiera descubrir en mi mundo antigravedad, que la ilusión y los proyectos a futuro no se fueran al suelo, eso de: » si te caes levántate» sería más fácil si al tropezar no doliera tanto. Es una fantasía pensar que pueda existir un lugar así donde si se tiene un sueño por más loco que sea se pudiera lograr y no se rompiera al igual que un jarrón a la mitad del camino de nuestro esfuerzo sin esperanza de reparación. Se dice que la luna tiene la sexta parte de gravedad de nuestro planeta y por eso muchos vivimos en ella todo el tiempo hasta que, al resbalar, el piso nos llama a tierra y al dolor del golpe a la realidad al igual que las palabras del celoso fracasado que de tanto caer creo un pozo y solo quiere compartir su infelicidad y miseria…….
En repetidas ocasiones durante toda mi vida me sobreprotegieron y esa excedida atención llevaba a que hicieran todo por mi, así que en lugar de dejar que bajara los escalones, me alzaban para no caer, cuando debía ser fuerte no sabía como, cuando quise tomar mis propias decisiones no lograba dar el primer paso y en cada equivocación me costaba superar mis errores; siempre fui la niña consentida de mamá viviendo dentro de una cajita de cristal en donde creía que no me hacía falta nada, sobraba el amor, un lugar sin responsabilidades ni consecuencias. Cuando salí al mundo real el color que observaba cambió de rosa a negro, sentía que cada cosa que hacía me salía mal y al mismo tiempo era juzgada, lo único que hacía era llorar como el cielo en invierno y pensé: si quiero que las cosas cambien, debo seguir los buenos espejos y hacer lo que los adultos me dicen, ellos tienen más conocimiento y saben lo que es mejor pero al hacerlo tal vez todo empezó a dar un giro pero no era feliz, quería realizar otras cosas, ser diferente a quien era y fue hoy que me di cuenta que en el fondo solo buscaba ser asertiva y aceptada y comprendí que el cambio debe partir de mis propias opciones más no seguir las corrientes que me pueden llevar a un lugar sin regreso y convertir mi vida en algo dependiente y manejable.
Mensajeros de Vida se realiza en Sopó desde el año 2.012 gracias a un convenio con la Alcaldía.
