En compañía del viento y la neblina estábamos sobre la piedra sentados “él y yo” mirando a dónde ir. Mis manos que acariciaban sus frías aguas, robaban la imagen que sobre él se posaba, dulces líquenes, puyas, pastos y la inmensidad del cielo nubado. Espejo mágico que aún después de romperse, vuelve a unir sus trazos, así como mi alma.
Texto: Daniela Ardila
Fotografías tomadas en diferentes zonas del Municipio de Guasca en el marco del Programa Mensajeros de Vida y Conservación que se implementa en este municipio con el apoyo del Ministerio de Cultura PNCC y Conservación Internacional Colombia