Cuando nacen las ideas
Alguna vez me contaron que nací de una mente enredada, creo que eso podría explicar por qué soy la idea que cambia de color. En este mundo las ideas navegan por el espacio buscando estar con sus semejantes; ideas azules buscan ideas azules. Las más grandes están estáticas esperando a que vengas a ellas para escuchar sus historias. Las más pequeñas son movidas por cientos de corrientes y desaparecen.
Yo vine de una mente enredada, no tengo un color específico, nací del blanco y era roja como la sangre, pero con el tiempo perdí el color. No creo que sea algo malo, no tener un color definido me deja hablar con todas las ideas del espacio. Algunas no aceptan mi origen, otras dicen que soy un fantasma, otras me miran y analizan para luego desecharme como un experimento fallido.
Me gusta pensar que pertenezco al vacío, ese espacio en el reflejo que no existe, pero puede ser contemplado. Navegamos constantemente en un espejo de agua, pero las demás ideas no contemplan su propio reflejo. He llegado a aceptar que mirar hacia adentro es un acto sin color, uno en el que todos los colores son valiosos, pero nos tenemos que desprender de ellos para conocer.
Dicen que vengo de una mente enredada,
yo digo que soy una idea que teje pensamientos.
Serie desarrollada en el marco del Programa Mensajeros de Vida y Conservación en el municipio de Guasca en el año 2.020 con el apoyo del Ministerio de Cultura PNCC