Un reflejo de nuestra vida con la naturaleza.
Esta fotografía me fue inspirada en la vivencia de recorrido a lo largo del cauce del Río Bogotá, desde su nacimiento hasta su desembocadura, fotografiando esta masacre que indiferente realizamos, a nuestro río, excusándonos que son la grandes industrias, quienes lo contaminan, pero no tomamos en cuenta, que nuestro silencio hace más daño, que el conformismo con el que desayunamos es el alimento de los entes gobernantes que pasan por alto las leyes o las acomodan a su beneficio, para conquistar lugares que en la naturaleza no les pertenecen, enfocándonos en un capitalismo desenfrenado que nos conduce únicamente a extinguir la esencia misma de nuestro existir.
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