La Humanidad atraviesa una profunda crisis. El consumismo desmedido produce millones de objetos todos los días a través de procesos contaminantes, depredando montañas, contaminando ríos, esclavizando a padres y madres, desmembrando las familias. La mayoría de esos objetos son innecesarios, pero nos meten el cuento por TV, que todo lo sabe.
El facilismo predomina. No somos responsables de nuestros abundantes desechos, y simplemente metemos todo en una bolsa, como si por arte de magia fuera a desaparecer.
Estamos cubriendo la faz de la Tierra de basura, dejando una herencia pestilente a nuestros hijos…
Las iniciativas para reencontrarse con la Naturaleza son pocas en comparación al ritmo depredador de las industrias. No hay poder humano que revierta el camino a la hecatombe. Será la Tierra la encargada de sacudirse de sus desagradecidos inquilinos.
Aliado